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Copa América - Venezuela 2007

  • Informe Especial "Copa América Venezuela 2007"

ARGENTINA

Gran equipo 1976/83

Defensiva: Videla – Agosti – Massera – Viola Galtieri - Bignone

Gran defensa que procuraba seguridad al resto de su equipo para poder permitirles a las figuras realizar sus tareas.

Medio Campo:
- Directivos de YPF: Mario Luis Piñero, Carlos Maria Benaglio,
- De Aguas y Energia: Anibal Blanco, Hector Perez, Hector Georgetti,
- Presidentes del BCRA: Francisco Soldatti, Enrique Folcini, Adolfo Diz, José Luis Machinea ( joven con muy buena proyección) era Gerente de Finanzas del BCRA
- Egidio Dianilla, presidente del Banade.

Una gran volante ofensivo, y sin ninguna dudas el mejor, Guillermo Walter Klein, (Secretario de Programación y Coordinación Económica del Ministerio de Economía)

Fijaba los cupos de endeudamiento de las empresas argentinas.

Delanteros

- Ministerio de Economia:
- José Alfredo Martínez de Hoz, mas un volante ofensivo, pero sin lugar a dudas la figura, el crack del equipo.
- Lorenzo Sigaut
- Dagnino Pastore
- Roberto Aleman

- Cavallo, joven figura que no logra explotar hasta la decada del 90

´DT:
Empresas NacionalesGrupo Techint, Macri, Perez Companc, Bunge y Born, Bulgheroni, Fortabat, Grupo Bridas, Grupo Soldati Empresas Extranjeras Ford Motor, General Motor, Renault, Cargill, Fiat, Philco, Siemens, entre otras.

En la preparación física del equipo: Participaba EEUU, a través de la escuela de las América entre otras cosas.

LOGROS DEL Equipo

1976 ……………… 7.800 millones
1983 . …………….. 45.000 millones

La deuda creció más de 5 veces

Estatización de deudas del sector privado por 14.000 millones de dólares

AEA (Asociación de Endeudamiento Argentino) Los beneficiarios

Bancos: Citibank – Deutsche Bank – Manofacturers Hannover – LLoyds bank – Chase Maniatan – JP Morgan - entre otros

A partir de 1983 otros Buenos equipos y grandes jugadores


Jugadores:
- Domingo Cavallo, debuta en 1982, gran delantero.
- José Luís Machinea, otro gran delantero
- Daniel Marx, otro gran delantero pero de perfil bajo y sin ser apreciado en su debida forma por su antipatía a la prensa.
- AlFonsin, Sourouville, Machinea al frente del BCRA, conformaron un equipo no del todo desdeñable.

Logros de la Argentina 1982 /1990

1982……………….45.000 millones de dólares
1990……………….. 60.000 millones de dólares

Excelente equipo

- Menem
- Dromi, un estratega de medio pelo, luego reemplazado por el ya bien experimentado Cavallo
- De La Rua con Machinea primero, y luego Cavallo


PARAGUAY

Guerra de la Triple Alianza (Brasil – Argentina – Uruguay c/ Paraguay)


La invasión fue financiada, de principio a fina, por el banco de Londres, la casa Baring Brothers y la banca Rothschild, en empréstitos con intereses leoninos que hipotecaron la suerte de los países vencedores.

Hasta su destrucción, Paraguay se erguía como una excepción en América Latina: la única nación que el capital extranjero no había deformado.

El largo gobierno de mano de hierro del dictador Gaspar Rodríguez de Francia (1814–1840) había incubado, en la matriz del aislamiento, un desarrollo económico autónomo y sostenido.

El Estado, omnipotente, paternalista, ocupaba el lugar de una burguesía nacional que no existía, en la tarea de organizar la nación y orientar sus recursos y su destino. Francia se había apoyado en las masas campesinas para aplastar la oligarquía paraguaya y había, conquistado la paz interior tendiendo un estricto cordón sanitario frente a los restantes países del antiguo virreinato del Río de la Plata. Las expropiaciones, los destierros, las prisiones, las persecuciones y las multas no habían servido de instrumentos para la consolidación del dominio interno de los terratenientes y los comerciantes sino que, por el contrario, habían sido utilizados para su destrucción.

No existían, ni nacerían más tarde, las libertades políticas y el derecho de oposición, pero en aquella etapa histórica sólo los nostálgicos de los privilegios perdidos sufrían la falta de democracia.

No había grandes fortunas privadas cuando Francia murió, y Paraguay era el único país de América Latina que no tenía mendigos, hambrientos ni ladrones; los viajeros de la época encontraban allí un oasis de tranquilidad en medio de las demás comarcas convulsionadas por las guerras continuas.

Los posteriores gobiernos de Carlos Antonio López y su hijo Francisco Solano continuaron y vitalizaron la tarea. La economía estaba en pleno crecimiento.

Cuando los invasores aparecieron en el horizonte, en 1865, Paraguay contaba con una línea de telégrafos, un ferrocarril y una buena cantidad de fábricas de materiales de construcción, tejidos, lienzos, ponchos, papel y tinta, loza y pólvora. Doscientos técnicos extranjeros, muy bien pagados por el Estado, prestaban su colaboración decisiva.

Desde 1850, la fundición de Ibycui fabricaba cañones, morteros y balas de todos los calibres; en el arsenal de Asunción se producían cañones de bronce, obuses y balas. La siderurgia nacional, como todas las demás actividades económicas esenciales, estaba en manos del Estado. El país contaba con una flota mercante nacional, y habían sido construidos en el astillero de Asunción varios de los buques que ostentaban el pabellón paraguayo a lo largo del Paraná o a través del Atlántico y el Mediterráneo. El Estado virtualmente monopolizaba el comercio exterior: la yerba y el tabaco abastecían el consumo del sur del continente; las maderas valiosas se exportaban a Europa.

La balanza comercial arrojaba un fuerte superávit. Paraguay tenía una moneda fuerte y estable, y disponía de suficiente riqueza para realizar enormes inversiones públicas sin recurrir al capital extranjero.

El país no debía ni un centavo al exterior, pese a lo cual estaba en condiciones de mantener el mejor ejército de América del Sur, contratar técnicos ingleses que se ponían al servicio del país en lugar de poner al país a su servicio, y enviar a Europa a unos cuantos jóvenes universitarios paraguayos para perfeccionar sus estudios.

El 98 por ciento del territorio paraguayo era de propiedad pública: el Estado cedía a los campesinos la explotación de las parcelas a cambio de la obligación de poblarlas y cultivarlas en forma permanente y sin el derecho de venderlas. Había, además, sesenta y cuatro estancias de la patria, haciendas que el Estado administraba directamente.

Las obras de riego, represas y canales, y los nuevos puentes y caminos contribuían en grado importante a la elevación de la productividad agrícola. Se rescató la tradición indígena de las dos cosechas anuales, que había sido abandonada por los conquistadores. El aliento vivo de las tradiciones jesuitas facilitaba, sin duda, todo este proceso creador.

El comercio inglés no disimulaba su inquietud, no sólo porque resultaba invulnerable aquel último foco de resistencia nacional en el corazón del continente, sino también, y sobre todo, por la fuerza de ejemplo que la experiencia paraguaya irradiaba peligrosamente hacia los vecinos. El país más progresista de América Latina construía su futuro sin inversiones extranjeras, sin empréstitos de la banca inglesa y sin las bendiciones del comercio libre.

La prensa de Buenos Aires llamaba «Atila de América» al presidente paraguayo López: «Hay que matarlo como a un reptil», clamaban los
editoriales.

El tratado con Brasil y Uruguay se firmó el 10 de mayo de 1865; los futuros vencedores se repartían anticipadamente, en el tratado, los despojos del vencido. Argentina se aseguraba todo el territorio de Misiones y el inmenso Chaco; Brasil devoraba una extensión inmensa hacia el oeste de sus fronteras. A Uruguay, gobernado por un títere de ambas potencias, no le tocaba nada.

En 1870, López, a la cabeza de un ejército de espectros, ancianos y niños que se ponían barbas postizas para impresionar desde lejos, se internó en la selva.

POBLACION QUE QUEDO DESPUES DE LA GUERRA

Paraguay tenía, al comienzo de la guerra, poco menos población que Argentina. Sólo doscientos cincuenta mil paraguayos, menos de la sexta parte, sobrevivían en 1870


PRIMER EMPRESTITO

No bien terminó la guerra, sobre las ruinas todavía humeantes de Paraguay cayó el primer empréstito extranjero de su historia. Era británico, por supuesto. Su valor nominal alcanzaba el millón de libras esterlinas, pero a Paraguay llegó bastante menos de la mitad; en los años siguientes, las refinanciaciones elevaron la deuda a más de tres millones.


PRIMEROS EMPRESTITOS EN AMERICA LATINA

Entre 1822 y 1826, Inglaterra había proporcionado 10 empréstitos a las colonias españolas liberadas, por un valor nominal de 21 millones de libras esterlinas, pero que una vez deducido los intereses y las comisiones de los intermediarios, el desembolso real que había llegado a tierras de América a penas alcanzaba los 7 millones.>