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Programa 16 de agosto de 2007

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  • El escándalo de la valija: la caída del funcionario que manejaba la relación con Venezuela

    Claudio Uberti controlaba fondos por $ 900 millones
    Son parte de los fideicomisos públicos, las cajas más cuestionadas del gobierno de Kirchner

    Claudio Uberti, que hasta hace unos días estuvo a cargo del Organo de Control de Concesiones Viales (Occovi) y que fue echado después de que se conociera que viajaba en el vuelo en el que se interceptó una valija con casi 800.000 dólares, no era un funcionario más.

    En el momento de marcharse por el escándalo manejaba 907 millones de pesos, cifra que incluye el presupuesto que el Gobierno le había asignado más el cuestionado fondo fiduciario vial que dependía de su área.

    Durante los algo más de cuatro años que Uberti estuvo en funciones dependieron del Occovi 1516 millones de pesos, de los cuales 757 se manejaron mediante los fondos fiduciarios, una de las cajas más polémicas del kirchnerismo por el escaso control que tienen.

    Denuncia del ARI

    El ex funcionario fue denunciado en 2004 por ARI como uno de los recaudadores de la campaña que llevó a Kirchner a la presidencia, en 2003. Según la denuncia, compartía la función con el ex chofer del presidente y actual dueño de un multimedios, Rudy Ulloa Igor.

    La suma de los cuatro años de gestión le dio la oportunidad a Uberti de manejar 758 millones de pesos en partidas presupuestarias, de acuerdo con los números de ejecución presupuestaria del Ministerio de Economía.

    Ese monto -que se coloca en un fondo fiduciario que maneja el Occovi- giró desde 2003 alrededor de 684 millones de pesos, de acuerdo con los datos de la Unidad de Control de Fideicomisos de Infraestructura (Ucofin).

    Qué son los fondos fiduciarios

    La herramienta es muy cuestionada por su falta de control

    Los fideicomisos -en realidad a los que son públicos se los llama fondos fiduciarios- son contratos que tienen como principal característica que el dinero se usa para un bien determinado y que no se puede cambiar el destino.

    Menos control Pero en el ámbito estatal todo cambia. Los fondos fiduciarios públicos se crearon originalmente para destinar un monto a un fin determinado. La herramienta debería permitir que el dinero afectado no pueda ser direccionado. Hasta ahí, no hay demasiadas polémicas. Lo que sucedió con el paso de los años, especialmente desde la llegada a la presidencia de Néstor Kirchner, es que se abusó de la herramienta por una razón no menor: no están regidos por las mismas normas que las demás erogaciones de la administración pública por la simple razón que ese patrimonio está separado del resto. Sucede que sólo figura una planilla -literalmente es sólo una hoja- en la que se enumeran los montos totales que se destinan a cada fondo, pero nada se releva de cómo se usa el dinero. De acuerdo con el presupuesto vigente, en este año, 5620 millones se canalizarán mediante este mecanismo y tendrían un control casi nulo. Esa suma podría no ser definitiva, ya que el Gobierno puede inyectar más fondos a esas cajas mediante aportes directos.