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Programa 13 de septiembre de 2007

  • Literatura - Bloque Introducción

Sobre Sartre



Diana Della Bruna
y Diego Slagter nos comentan sobre la importancia de Sartre en el pensamiento libertario en la actualidad. Una producción sobre la infancia perdida, a partir de dos obras: "La náusea" (la angustia existencial) y "El aplazamiento". La pérdida de un ser querido y la angustia que desborda, la angustia como impluso vital de transformación.


  • Literatura - Producción Artística


Por Diana Della Bruna


Un hombre murió una tarde violeta. Ese hombre tenía la nausea. Murió y se llevó consigo mi infancia. Un hombre murió y no supo nunca que yo también tenía la nausea, y podríamos habernos salvado. Me hizo ver que el mundo es sólo un cementerio de infancias rotas. Todos los hombres tenemos la nausea, pero ella no significa nada si no podemos cambiar lo que nos rodea, que es tan injusto y podrido.

Murió una tarde y se llevó miles de tardes de verano comiendo mandarinas bajo pequeños árboles de jardín, que parecían los baobabs del Principito bajo nuestros ojos alucinados. Se llevó a mi yo niño y a los otros niños del barrio. Nos arrancó un pedazo del corazón y lo arrastró, como paseándolo de la mano, a la nada. Aunque escuchamos su risa, ese hombre ya no ríe. Nos escupió en la cara desde su cuerpo puro, blanco, frío, que hay cosas verdaderamente irremediables. Ya no jugaremos al ladrón y al policía, como aquellas veces en las que él siempre quería ser el ladrón. Sí que ahora será ladrón infatigablemente, ladrón de juventudes. Ya no inventaremos refugios alejados del mundo terrenal de los adultos, donde las cosas no son posibles… una tarde violeta se multiplica al infinito para hacer un eterno invierno desolador de cosas irreversibles.

¡Hombre enfermo, niño inmaculado y encantador, no te vayas! ¡Vení, volvé a la vida! ¡Hagamos algo para que no todo sea tan oscuro, triste y final! Llenemos el vacío de este mundo incontestable con nuestros sueños de niños, aquellos en los que éramos reyes buenos y dadivosos, o presidentes justos, o esclavos rebeldes y poderosos, aquellos sueños llenos de palabras inventadas, todas en nombre de la libertad. Hagamos realidad aquellas fantasías de surcar los mares montados en ballenas de fábula para liberar a los oprimidos del yugo de los tiranos, juguemos a que las cadenas se rompen tan fácilmente como si fueran de aire.

Cambiemos este mundo miserable como lo cambiábamos incansablemente cada tarde de verano en un patio de tierra, de un pueblo fantasma, allá, en la llanura inacabable de las ilusiones.

¡Volvé a la vida, niño, que nos queda tanto por hacer! ¡Ahoguemos esta nausea inmunda con un vómito de desacuerdo, cambiemos todo! Unamos nuestras miserables angustias, esas que nos carcomen el alma a todos, y hagamos, solo una vez, cosas imposibles.

Artística: Luciano Caselli
Locución: Diego Slagter