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Programa 7 de Agosto de 2008


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Extensión del territorio y datos a tener en cuenta

La plataforma continental argentina se prolonga hasta las 200 millas de ZEE y sus costas se extienden por más de 4.725 kilómetros. La pesca en Argentina representa cerca del 2 % del Producto Bruto Interno.

Entre los problemas se pueden resaltar principalmente tres, altamente relacionados entre si.

El primero es la falta de controles en la Zona Económica Exclusiva de pesca (las 200 millas marinas);
el segundo es la sobreexplotación de pesca de la merluza
y el tercero, pero no por eso menos importante, la precarización laboral de los trabajadores en tierra.

La flota pesquera argentina está compuesta por unos 150 buques fresqueros o de altura tradicional, 450 costeros y de rada o ría y poco más de 200 buques congeladores y factorías. Estos últimos registran casi el 70 % de las capturas. El sector pesquero argentino es un mercado atomizado orientado principalmente a la exportación con más de 200 empresas y con una importante participación de capital extranjero.

La plataforma submarina argentina es el mayor reservorio de la merluza que se consume en todo el mundo. Pero esto parecería no importarles a los gobernantes argentinos que cada vez más lejos están de generar políticas de desarrollo y consumo sustentable de los recursos naturales. Con sus decisiones políticas “alentaron la formación de empresas mixtas entre empresarios españoles y argentinos, tan venales como los funcionarios y que solo aportaron nombre y lugar físico para las instalaciones. Los “piratas (españoles) desembarcaron su tecnología de ‘primer mundo’ y están exprimiendo el mar argentino, sin reproche para ellos y para perjuicio de la Argentina” criticó Maturana.
Con la conformación de empresas mixtas lo que se consiguió es: permisos legales, ya que son tramitados por barcos argentinos, pero las mayores ganancias y la mejor calidad de lo pescado, caen en manos españolas.

Sólo en Mar del Plata unas 20.000 personas viven de la actividad y representa la primera industria, seguida por el turismo, que le reditúa a esta ciudad un millón de dólares norteamericanos, diariamente.

Controles
El recorte presupuestario que sufren las FF.AA. no hizo que la actividad merme. Por el contrario, se le ha asignado gran prioridad dentro del Presupuesto y, además, la SAGPyA subsidia parte de las actividades. De las dos actividades arriba mencionadas, el monitoreo es particularmente importante por su efecto disuasorio, que hizo disminuir notablemente la captura de buques furtivos en la ZEE. La cantidad de buques capturados, realizados tanto por ARA como por PNA, tuvo un pico de 14 en 1991 y 1994. Desde ese año hasta la fecha la captura de buques disminuyó notablemente por un aumento en el control. La Armada reportó a razón de un buque por año y en el 2001 solamente la PNA capturó un buque.

La Armada Argentina:
Tiene como objeto "contribuir a la defensa nacional actuando en forma disuasiva o empleando los medios en forma efectiva, a fin de proteger y garantizar de modo permanente los intereses vitales de la Nación frente a las agresiones de origen externo". En este sentido, la Armada tiene como objetivos institucionales cumplir con la estrategia nacional de defensa, resguardar los intereses marítimos argentinos y apoyar la política exterior nacional.
Para alcanzar estos objetivos, la Armada cumple dos funciones básicas: el control del mar y la denominada "proyección de fuerzas". La primera consiste en llevar adelante un monitoreo de los espacios marítimos y fluviales de interés, ante amenazas tanto de naturaleza militar como otras de bajo nivel de conflicto. Por su parte, la proyección de fuerzas permiten el empleo disuasivo o efectivo de las fuerzas navales. Las tareas operativas de la Armada están a cargo del Comando de Operaciones Navales, con asiento en Puerto Belgrano, teniendo como medios a la Flota de Mar, la Fuerza de Submarinos, la Aviación Naval y la Infantería de Marina. Finalmente, la estructura orgánica funcional comprende las áreas de Dirección, la Operativa, la Logística y la de Relaciones Institucionales.
La Aviación Naval y el patrullaje sobre las 200 millas constituyen las herramientas principales para proteger el espacio marítimo frente a la incursión de buques pesqueros furtivos. Recientemente, se incorporó una flota de aviones Orion estadounidenses, aunque los límites presupuestarios obligaron a las autoridades a reducir el control sobre la Zona Económica Exclusiva.

La Prefectura Naval Argentina
El control de la actividad pesquera corresponde a una función auxiliar que presta la Prefectura Naval. Las funciones exclusivas y excluyentes de la fuerza son: a) Policía de Seguridad de Navegación, b) Policía de Seguridad y Judicial y c) Administración de la Navegación.
Con relación a la actividad pesquera, la Prefectura cumple la función de "policía auxiliar". Controla que cada buque pesquero cuente con su permiso de pesca correspondiente, ejerce el control en el área de las 12 millas provinciales y en las 200 millas de Zona Económica Exclusiva. También controla el cumplimiento de la prohibición de pesca en las zonas de veda. Las funciones de control de la Prefectura surgen de convenios realizados con la SAGPyA.
Los medios con que cuenta la Prefectura para ejercer sus funciones de control son los buques guardacostas tipo 24 (de 67 metros de eslora), aviones C.A.S.A., helicópteros y buques guardacostas tipo 64 (de 27 metros de eslora para el control de las zonas de veda). Además, cuenta con un banco de datos acerca de los permisos de pesca vigentes y las especies que cada buque pesquero puede capturar. Cada barco entrega a las autoridades el "parte de pesca" en el que se detalla la captura realizada. El parte contiene los siguientes datos: nombre y matrícula del buque y empresa a la que pertenece, tipo de barco (fresquero, congelador o factoría), arte de pesca utilizado (redes de arrastre, poteras, etc.), especie y cantidad capturada, pesca acompañante y área de pesca. "Pesca acompañante" (o captura incidental) se denomina a las especies capturadas involuntariamente y sin contar con permiso para realizarla. No obstante, se permite al buque pesquero capturar hasta un 10 % de acompañantes sobre el total de la captura realizada para evitar el desecho de esos ejemplares. Al respecto, la Prefectura ha observado continuamente un exceso a ese 10 % acompañante y en la cuota global permitida para cada buque. La Prefectura Naval también cuenta con un mapa en el que divide al mar en múltiples zonas de pesca, especie de cuadrados numerados a los que se denomina "papaecos". La tripulación de las naves generalmente es integrada, también, con miembros del INIDEP, del SENASA o de la Subsecretaría de Pesca. Estos realizan inspecciones e intercambian información con los miembros de la Prefectura Naval. La Ley 17.500 prohibe el ingreso al Mar Argentino de buques pesqueros sin permiso para operar dentro de las 200 millas de la Zona Económica Exclusiva. La vigilancia y el control se realizan con los siguientes medios:
a) Vía aérea: - Radar - Fotografía aérea, que sirve como elemento de prueba pues cada buque debe tener el número de matrícula inscripta en su "techo".
b) Guardacostas: realizan "acercamientos tácticos" a los barcos pesqueros considerados
sospechosos. Las filmaciones, grabaciones, fotografías y las impresiones con GPS sirven como elementos de prueba. A su vez, la Prefectura posee comunicación inmediata con su banco de datos y con las autoridades pesqueras. La multa al buque infractor varía según la especie capturada, la cantidad y la importancia del barco. El monto es determinado por el Poder Judicial según lo previsto en la Ley Federal de Pesca. El apresamiento se produce cuando el avión detecta al buque ilegal y avisa de inmediato al guardacostas. En ciertas oportunidades pueden utilizarse elementos contundentes, generalmente cuando el barco furtivo se niega al apresamiento. La Prefectura tiene constantemente un guardacostas y un avión patrullando el mar, teniendo éstos como base a los aeropuertos de Buenos Aires, Mar del Plata y Comodoro Rivadavia.

Las empresas hoy Julio de 2008
El sector pesquero en Argentina atraviesa una de las peores crisis de su historia. Ya no puede ocultarse que la casi totalidad de las empresas pesqueras radicadas en la Patagonia, y en especial en la provincia de Chubut, la mayoría de origen gallego, han disminuido sus plantillas en los últimos seis meses.
Según la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (Capip) -entre cuyos miembros se encuentras los armadores gallegos-, las compañías ya discuten su continuidad, venta, cierre o la reducción de personal. Pesquera San Isidro, de capitales argentinos, se encuentra en concurso de acreedores, y Alpesca, de capitales sudafricanos, redujo su dotación de personal en casi 300 personas y está a la venta.
Las filiales de las empresas gallegas y españolas no se escapan a esta realidad. Pereira Argentina comenzó a deshacerse de sus bienes negociables en una readecuación de la firma previa a su puesta en venta. Congeladores Patagónicos ha dado vacaciones forzosas a su plantilla. Iberconsa está inactiva. Pescapuerta opera al 10% de su capacidad y Conarpesa envió sus buques a puerto hasta la próxima temporada.

Caso merluza
La merluza es un ejemplo típico de destrucción de un recurso mediante una explotación basada en la mera acción extractiva. A principios de la década de los 90, la merluza se encontraba en el tope de su explotación. No obstante, a partir del año 1996 se otorgaron permisos de pesca indiscriminados y se incorporaron 70 buques factorías-congeladores europeos, con lo que la capacidad de pesca aumentó en un 150%.
Todo esto condujo a que a partir de 1997, fuera imposible para las autoridades, ocultar, negar o minimizar la situación crítica en que se encontraba la pesquería, obligándolos a adoptar algunas medidas para proteger el recurso. Por ejemplo, declarar por parte del Congreso de la Nación en emergencia a la Merluza por un año, el establecimiento frente a las costas patagónicas de Chubut de vedas temporales, con el objeto de proteger a los juveniles y confinar a la flota congeladora al sur del paralelo 48º.
Sin embargo, las empresas operadoras de los buques factorías-congeladores -principalmente de origen español- presentaron medidas cautelares en los juzgados patagónicos de Rawson, Ushuaia y Viedma, obteniendo dictámenes favorables que les permitieron violar legalmente las medidas de protección tomadas. Así a principios de la década de los 90 se capturaban alrededor de 400.000 toneladas mientras que en los últimos años de esa década y principios de la siguiente, la captura se duplicó.
El descarte llegó a más de 200.000 toneladas y lo que queda de este recurso se asienta en ejemplares juveniles, que a partir del año 2002 sostienen la pesquería. En 2004 más del 70% de la mortalidad por pesca se ejercía sobre el grupo de edad 2 (edad de primera madurez alrededor de dos años). Esta situación ubica a la merluza argentina en la peligrosa posición de estar en sobrepesca de reclutamiento, antesala del agotamiento del recurso.
El ejemplo más significativo de sobrepesca es el de la merluza hubbsi. Para el año 2000, el tope era de 110.000 toneladas, pero vemos que no se respetó. Históricamente, la merluza hubbsi fue la más afectada y hoy se encuentra en riesgo de extinción. La necesidad de reducir las capturas impulsó al gobierno argentino a trasladar a la flota congeladora al sur del paralelo 48º y fuera de las 200 millas, lo que asegura la presencia de la flota argentina en esas aguas. Esta especie sufrió una enorme caída en el volumen de captura en tres años (de casi 600.000 toneladas en 1997 a 190.000 en el 2000).

Explotación y exportación
Del total de la captura argentina, un 50 % se exporta. A pesar del desarrollo que adquirió el sector, los productos pesqueros argentinos no tienen gran valor agregado, haciendo que todo el procesado se haga en los países de destino. Esto trae dos consecuencias: menor mano de obra empleada en el país y menor precio de los productos que exportamos.
Los países de destino y sus productos preferidos son: Japón, Calamar; España, Langostino y filetes de merluza; Brasil, Merluza hubbsi; Taiwán, Calamar; Corea del Sur, Calamar.
En cuanto a la nacionalidad de los buques que operaron en el Área Adyacente a nuestra ZEE, se destacan los siguientes: - Buques poteros (calamar): Corea del Sur, Japón y Taiwán. - Buques arrastreros: España, Rusia, Chile, Reino Unido, Panamá y países de la ex URSS (incluyendo buques con banderas auténticas y de conveniencia).

Malvinas
Argentina, a raíz de la guerra con Gran Bretaña por las Islas Malvinas en 1982, ha perdido su dominio en las aguas aledañas a las islas, que por lo tanto se ha convertido en una zona de total exclusión para la flota argentina. Si bien se han firmado tratados bilaterales comerciales entre Argentina y países como Rusia o Bulgaria, no se ha tenido el éxito esperado. A cambio de pescado extraído de esa zona, Argentina permitía la libre circulación de sus socios en su zona exclusiva.

Historia y leyes
Las capturas han venido en aumento desde los inicios de la década del 80, pero alcanzaron su punto máximo en 1997 cuando se registró una captura de 1.339.000 toneladas.
No es casual que en pleno auge neoliberal en la década de los ’90, cuando se desarrollaba la política de Menem-Cavallo de entrega de nuestro patrimonio nacional, como Aerolíneas Argentinas e YPF, y cuyas consecuencias hoy padecemos (con millones de pobres que pueblan nuestro país) se aprobó en enero de 1998, la Ley Federal de Pesca 24.922, durante la gestión del entonces Secretario de Agricultura, Ganadería, Pesca y Alimentación y actual gobernador de la Prov. De Bs. As. Felipe Solá.

Esta Ley mediante el artículo 27 habilita a los grandes capitales del sector pesquero a repartirse los recursos en forma gratuita por medio de títulos de propiedad, por lo tanto los recursos se pueden vender, comprar o alquilar. Este sistema se denomina Cuota Individual Transferible (CIT), es decir se establece un derecho de propiedad privada, sobre recursos vivos marinos que son de todos los argentinos.
El gran salto se da entre 1992 y 1993, que coincide con la implementación del régimen de charteo y en 1994, con la firma del convenio con la Unión Europea. A partir de 1997, comenzó a bajar la captura de todas las especies. Según cifras provistas por la SAGPyA, en el 2000 se capturaron 190 mil toneladas de merluza hubbsi, 278 mil de calamar, 123 mil de merluza de cola, 36,7 mil de langostino, que junto a otras especies totalizaron 851.995,5 toneladas
Así, este régimen de administración pesquera no tiene como objetivo la conservación biológica del recurso, sino permitir a las grandes empresas, especialmente las extranjeras con mayor capacidad financiera, a quedarse con la mayor parte de los recursos pesqueros, obteniendo así mayor capacidad económica, y por consiguiente, concentrando enorme poder político, mientras continúan pagando los salarios más bajos de la historia.
En los últimos seis años éstos sectores han presionado para que se lleve a cabo el sistema de cuotas transferibles. Aún no lo han logrado totalmente (aunque las cuotas de merluza se asignan por razones políticas más que biológicas) por causa de las enormes irregularidades existentes en los permisos de pesca, en las declaraciones históricas de captura, que son una de las bases por la cual se deberían determinar las cuotas y en la lucha entre sectores empresariales por obtener una mejor cuota.

El 6 de mayo de 1994, luego de dos años de negociaciones, se firmó el Acuerdo sobre las relaciones en materia de pesca entre la Unión Europea (en ese momento todavía Comunidad Económica Europea) y Argentina. Se firmó con el objetivo de “modernizar” la flota nacional a cambio de facilitar permisos de pesca para los españoles.
A partir de dicho acuerdo pesquero se triplicó la captura histórica y el nivel de exportaciones al costo de una inmensa depredación. La captura considerada, según el Instituto Nacional de Desarrollo Pesquero (INIDEP), apta para la reproducción de la especie es de 280.000 toneladas al año; sólo en 1998 se capturaron 410.000. No obstante, el 2 de Junio de 1999 se sancionó la ley 25.109.denominada: Ley de Emergencia Pesquera Nacional, declarando la merluza común o Hubbsi en peligro de colapso. Sin embargo la depredación ilegal sigue su rumbo.

El 6 de mayo de 1994, luego de dos años de negociaciones, se firmó el ACUERDO SOBRE LAS RELACIONES EN MATERIA DE PESCA ENTRE LA UNIÓN EUROPEA (en ese momento todavía Comunidad Económica Europea) Y LA REPÚBLICA ARGENTINA. El Congreso argentino aprobó bajo el número de Ley 24.315. Este Acuerdo tenía una vigencia por cinco años, renovables por dos años automáticamente salvo denuncia de alguna de las partes. Argentina denunció oportunamente el Acuerdo y éste dejó de regir a partir del 28 de mayo de 1999.
En su Artículo 5, inciso 3, se describe el meollo del Acuerdo: “La Comunidad, en el marco de su política de reestructuración de la flota, facilitará la incorporación de buques comunitarios a empresas constituidas o que se constituyan en Argentina. A este fin, la Argentina en el marco de su política de renovación tecnológica en materia pesquera, facilitará la transferencia de los permisos de pesca vigentes y expedirá los nuevos permisos que correspondan en virtud del presente acuerdo”.
La modernización de la flota
Con relación al objetivo planteado en el Acuerdo de “renovar la flota Argentina”, podemos observar que la antigüedad promedio de los buques comunitarios cuyo proyecto fue aprobado por la Comisión Mixta es de 18 años, lo cual, con relación a una flota fresquera cuya antigüedad promedio es de 23 años, no representó un gran avance ni podría justificar de por sí la firma del Acuerdo.
En 1997, año récord en explotación pesquera, la captura marítima total de la flota argentina superó el 1,3 millón de toneladas, mientras que las exportaciones de productos pesqueros alcanzaron un valor de 1.027 millones de dólares.
Los mayores excesos de capturas se dieron a partir de 1995, cuando la captura real superó en un 47 por ciento a la Máxima Permisible. Ese porcentaje fue del 50 por ciento en 1996 y del 48 por ciento en 1997. En los últimos años, la producción se ha reducido notablemente como consecuencia de la crisis del caladero por la cantidad de buques ilegales que operan en el.
Las 250.000 toneladas desembarcadas en el primer trimestre de 1997 ya equivalían al 63 por ciento de la captura máxima permitida. A fin de año los desembarcos superaron en un 50 por ciento a la recomendada. Los ejemplares juvenilesfueron sometidos a una gran presión, ya que se estima que al menos 40 por ciento de las capturas afectó a ejemplares de talla pequeña.La pesca prematura representa una amenaza para el ciclo biológico de la merluza, ya que compromete su sustentabilidad futura, así como las posibilidades de recuperar el stock, que se ha reducido a menos de la mitad en los últimos años.


Fuentes
La pesca y el modelo económico exportador-depredador ¿De qué cambio habla la presidente? Por Ricardo G. Perrotta Revista De Acá, Año II, N°16, Mar del Plata, abril de 2008
Redacción de APM Nuria González Rouco, alumna del Seminario “Periodismo en Escenarios Políticos Latinoamericanos” que actualmente dicta la Agencia Periodística del Mercosur (APM) en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la UNLP.
Recursos pesqueros: vaciando el mar argentino Roberto V Maturana Oficial de Marina mercante-Investigador
El sector pesquero y la política exterior argentina La pesca sin control? Por Geraldina Brid y Carolina Podestá
¿QUIÉN GANA EN LA PESCA?Por Reenvío Agencia Walsh - Apr. 23, 2005 Fuente: Red Nacional de Medios Alternativos –Regional Mar del Plata.