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Alejandro Olmos Gaona - 14 de Junio de 2007

  • Alejandro Olmos Gaona



Evolución Histórica del endeudamiento argentino 1976-1983


Cuando se produce el golpe militar, el Dr. José Alfredo Martínez de Hoz, integrante del Consejo Asesor del Chase Manhattan Bank, prominente directivo de Acindar y de la Italo, elabora su proyecto económico, y como una de las primeras medidas de gobierno, se modifica el art. 1 del Código de Procedimientos en lo Civil y Comercial, que establecía la improrrogabilidad de la competencia jurisdiccional de la Argentina a favor de jueces extranjeros, es decir que cualquier convenio o contrato que firmara el país, se declinaba la competencia de nuestro tribunales. Martínez de Hoz, según sus expresiones, y las obras que publicara con posterioridad a su pasó por la función pública pretendía hacer un país moderno, con una economía productiva y altamente competitiva, con empresas sanas, proyectos realizables, a través del marco de orden y tranquilidad que iban a asegurar las fuerzas armadas, con lo que se llevaría a la Argentina a ocupar el lugar que tuvo -según él- a principios de siglo.En todo ese proceso histórico, donde está la génesis de nuestro endeudamiento actual, se cae en el error de ir solamente a los efectos cuantitativos, a los esquemas numéricos, a los deficits del presupuestos, y a las alternativas de la cuenta de regulación monetaria, y no se va al origen de cómo se construyó esa deuda.

Las reservas del Banco Central eran exiguas cuando cayó Isabel Perón, y la deuda ascendía alrededor de los 7.500 millones de dólares, pero después tales reservas empezaron a crecer, como una forma de demostrar la solidez del sistema., y la posibilidad de afrontar cualquier contingencia. Las divisas empezaran a crecer a través de los malabarismos financieros, y a los falaces asientos contables, donde se endeudaban las empresas públicas, pero solo ficticiamente pues el dinero iba a engrosar las arcas del Banco Central para sostener una política monetaria que giraba en torno a una tabla de actualización del dólar.. En muchos casos, nos habían prestado a una tasa del 8% anual, y ese mismo dinero que habíamos recibido de un banco extranjero era represtado a ese banco a una tasa inferior.. Contablemente había algunos esquemas que aparentemente funcionaban, pero el endeudamiento crecía cada vez más.

Como un ejemplo de cómo ciertos economistas manejan algunos números que reflejen adecuadamente algunas de sus teorías. Hay un documento que hemos consultado, en el que se establece que en 1983 se envió al exterior- en concepto de intereses de la deuda y algunas amortizaciones la suma de. 11.500 millones de dólares. Cuando se analizan las cifras del informe se puede comprobar que no se había pagado esa suma, sino una cantidad mayor. El autor del informe, que es uno de los más reconocidos economistas de la City financiera indica que si bien la Argentina había pagado más de 17.000 millones de dólares, 6.195 millones le habían sido suministrados por el Club de París, el FMI y un conjunto de bancos, en consecuencia el pago que debió afrontarse era el indicado. Lo que no decía el economista en su análisis es que esos 6.000. era nueva deuda que se iba a sumar al que ulteriormente se debía devolver. Son por supuesto ficciones numéricas que pretenden decir lo que no es real y confundir a los poco avisados, y son los mecanismos intelectuales que se utilizan para ocultar las maniobras financieras que se realizan .

En lo que hace al endeudamiento de las empresas públicas, también se utilizaron procedimientos de ficción para endeudarlas, y así poder liquidarlas en el futuro, justificando su ineficiencia. Para lograr tal propósito el Secretario de Programación Económica, durante la gestión de Martínez de Hoz, Dr. Guillermo Walter Klein, fijaba cada tres meses los cupos de endeudamiento que debían afrontar las empresas públicas, con prescindencia de sus reales necesidades financieras.Así se endeudaron la Comisión Nacional de Energía Atómica, Agua y Energía, YPF, Aerolíneas Argentinas, y una larga lista de empresas públicas más importantes, con matices verdaderamente escandalosos. Pero debemos consignar que era un endeudamiento nominal, porque los dólares iban a parar al Banco Central en todos los casos. Las empresas eran prestatarias del crédito externo, pero no eran usuarias ni usufructuarias de dicho crédito. Hubo casos como el de Agua y Energía, que fue obligada a cancelar un préstamo que tenía con el Banco de la Nación, con dinero proveniente de un préstamo sindicado que le otorgara el Lloyds Bank, por 120.000.000 de dólares. Es decir que en vez de estar obligada la empresa con un banco nacional, se la endeudaba con un banco extranjero.

Un caso paradigmático es el de YPF, porque era una empresa simbólica construída sin un centavo de capital extranjero. El general Mosconi, hizo con la extracción del petróleo una de las empresas más importantes del mundo, que tuvo que pelear en la década del 20 y principios de la del 30 con la Stándart Oil, lo que llevó a Mosconi a escribir su libro "YPF contra la Standart Oil", publicación casi inhallable y que pocos conocen. Apelando a esas ficciones tan caras al denominado hoy stablishment, Mosconi tiene un monumento, es homenajeado de vez en cuando, pero se ha desconocido su proyecto de política petrolera, hasta que se logró finalmente su desaparición como empresa argentina.

Durante la dictadura militar, se empezó a endeudarla irresponsablemente, además de fijar precios a los combustibles que no respondían a los costos de explotación. En la causa penal, a la que más adelante me voy a referir hay registradas respecto a YPF 427 operaciones de endeudamiento, que servirían como base para la futura enajenación de la empresa. Muchos de esos contratos fueron convalidados por el Dr. José Luis Machinea, que era gerente de FinanzasPúblicas del Banco Central, cargo técnico, pero con poder de decisión, además que tenía el deber elemental en todo funcionario público de observar cualquier acto irregular que fuera sometido a su verificación.

Para todos los contratos que celebraban las empresas públicas era obligatorio el dictamen del Procurador del Tesoro, pero tampoco esta formalidad se cumplía, porque, los prestamistas extranjeros redactaban la opinión que debía sostener el Procurador, enviaban el telex al estudio Klein Mairal, y de allí iba el texto a la Procuración, donde era simplemente pasado en el papel oficial y enviado a la empresa. Es decir que el banco que acordaba el crédito, también dictaba la opinión oficial argentina para conformarlo.. En la causa penal están algunas de las explicaciones del Dr. Machinea, que pretendiendo desligarse de toda responsabilidad, remite cualquier explicación al Dr. Enrique Folcini. Por supuesto que Machinea conocía perfectamente la estructura organizativa y la carta orgánica del Banco Central, y no puede suponerse que haya procedido como lo hizo, sin tener conciencia que estaba transgrediendo normas expresas de la institución donde prestaba servicios. Lamentablemente esos funcionarios que estuvieron en el banco durante la dictadura militar, siguieron manejando las finanzas y operando en puestos claves de la conducción económica hasta el día de hoy.

Algunos economistas hablan de estos temas en un tono genérico, manejando aspectos de la teoría económica, o refiriéndose a ella en sus aspectos cuantitativos, o marcando los graves desequilibrios financieros en su instrumentación. También se habla de algunas causas como la fuga de capitales, los autopréstamos, y un manejo deficiente de la economía, pero en casi ningún caso de hace una mención a los responsables, y no se mencionan cuestiones que son de fondo como la forma de operar que hubo durante la dictadura, y los subsiguientes gobiernos democráticos, con el FMI, y los bancos acreedores.Respecto a la relación con el FMI, existe una circunstancia muy poco mencionada y es el hecho que esta institución monitoreó siempre el endeudamiento externo, a través de funcionarios que tenían oficina permanente en el Banco Central, y verificaban todas las operaciones de crédito que se efectuaban. En las operaciones de endeudamiento el Fondo Monetario se aseguraba que las empresas estuvieran encuadradas dentro de un marco legal, y que ante cualquier problema de orden jurídico, el Estado no tuviera opciones para ningún cuestionamiento, porque evidentemente los jueces extranjeros, pactados en todas las operaciones no iban a resolver ningún conflicto a favor de la Argentina.. Hay un aspecto con relación al endeudamiento privado que tiene varias vertientes: una de ellas se refiere a las infracciones a la ley penal cambiaria, por divisas que nunca entraron al país; la otra son los avales otorgados por el estado a determinadas empresas, y los denominados seguros de cambio, por medio de los cuales se subsidió en más de un cincuenta por cierto a las empresas privadas del país, a través de un mecanismo financiero, antecedente de la definitiva estatización de la deuda privada que hiciera el Dr. José Luis Machinea en 1985, como Presidente del Banco Central.