- Editorial
Imperios sanguinarios y la deuda externa...
En la Antigüedad han existido numerosos imperios que avasallaban pueblos enteros e imponían un fuerte tributo sobre estos, el cual sellaba un cruel tratado de sumisión…
Uno de ellos, el temible Imperio Asirio de la Antigua Mesopotamia, no solo obligaba a pagar pesados tributos a los pueblos vasallos, sino que era implacable sobre aquellos subyugados que se negaban a pagar la deuda que tenían con sus señores de la guerra.
El Imperio Asirio consideraba que sus incursiones bélicas sobre los diferentes países vecinos y lejanos, salvaba a sus invadidos de los “falsos dioses”, para imponerles la Verdad del Dios Asur y sus pares divinos.
Los reyes asirios exigían, por ende, un tributo a estos pueblos “salvados” que no podía dejar de ser pagado a los Vicarios en el Mundo terrenal de los dioses mesopotámicos.
Pero algunos de los pueblos sometidos al yugo del dios Asur se insubordinaban e ignoraban el pago del tributo al Imperio. Es decir, declaraban el no pago de una deuda ilegítima que les fue impuesta por la fuerza y los caprichos de mandatos divinos que eran asesorados por soberanos mundanos sedientos de Agua y Tierra.
Los emperadores de Asiria eran sanguinarios e implacables con los rebeldes que no aceptaban la “salvación” del dios Asur. Arrasaban ciudades, talaban campos, inundaban de sal las tierras fértiles y masacraban a niños y ancianos.
Según los registros históricos, un rey asirio, Senakerib, del siglo VII AC., describió de esta forma el castigo a los pueblos que no pagaban su deuda con el dios imperial Asur:
“Levanté pirámides delante de las puertas de las ciudades que no se sometían a mi poder, mandé desollar vivos a algunos de los jefes de la rebelión y tendí sus pieles sobre esas pirámides. Unos fueron emparedados vivos entre los ladrillos, otros a lo largo de la muralla. Mandé desollar en mi presencia gran número de gentes que los seguía, tapicé murallas con sus pieles cobardes, hice coronas con sus cabezas y guirnaldas con sus cadáveres”.
En la actualidad, los asirios de hoy siguen asesinando, pero de otra forma…
Estafan a los pueblos del Sur con una pesada carga que es la deuda externa, amenazándolos con ser las escorias de un mundo globalizado para una minoría de privilegiados y un puñado de plutócratas del Norte.
Los asirios del FMI y el Banco Mundial, y de los bancos privados del Norte, realizan el genocidio obligando a los pueblos pagar pesados tributos financieros a través de lacayos y siervos sumisos que arrebatan una tajada de la explotación y el saqueo…
El tercer mundo, o los países en vías de desarrollo, como gustan denominar a algunos, han pagado en concepto de deuda externa, en los últimos 30 años mas de 4 billones y medio de dólares, entiéndase más de 4 millones de millones de dólares. Si embargo el mal denominado Tercer mundo hoy sigue debiendo 2.5 millones de millones de dólares, mas de 35 veces la deuda que poseía en los años ochenta.
Y si observamos nuestras tierras, el panorama es sombrío, América Latina posee una deuda externa del orden de los 800 mil millones de dólares. Ha desembolsado en los últimos seis lustros más de 2 millones de millones de dólares. Su deuda ha crecido en ese periodo más de 24 veces. América Latina destina al pago de deuda la escalofriante suma de 160 mil millones de dólares por año. Algo así, como el doble de lo que necesita la humanidad para satisfacer sus necesidades básicas.
Es hora que cortemos con las cadenas y el látigo del negrero, es hora que echemos por tierra el yugo de los nuevos asirios, es hora de despertar. La muerte nos acecha y no es una simple pesadilla, es la más palmaria y material degradación humana que nos propone este decadente verdugo. No es hora de miedos, ni de esquives, es de afrontar nuestro destino, es hora de actuar !!
Uno de ellos, el temible Imperio Asirio de la Antigua Mesopotamia, no solo obligaba a pagar pesados tributos a los pueblos vasallos, sino que era implacable sobre aquellos subyugados que se negaban a pagar la deuda que tenían con sus señores de la guerra.
El Imperio Asirio consideraba que sus incursiones bélicas sobre los diferentes países vecinos y lejanos, salvaba a sus invadidos de los “falsos dioses”, para imponerles la Verdad del Dios Asur y sus pares divinos.
Los reyes asirios exigían, por ende, un tributo a estos pueblos “salvados” que no podía dejar de ser pagado a los Vicarios en el Mundo terrenal de los dioses mesopotámicos.
Pero algunos de los pueblos sometidos al yugo del dios Asur se insubordinaban e ignoraban el pago del tributo al Imperio. Es decir, declaraban el no pago de una deuda ilegítima que les fue impuesta por la fuerza y los caprichos de mandatos divinos que eran asesorados por soberanos mundanos sedientos de Agua y Tierra.
Los emperadores de Asiria eran sanguinarios e implacables con los rebeldes que no aceptaban la “salvación” del dios Asur. Arrasaban ciudades, talaban campos, inundaban de sal las tierras fértiles y masacraban a niños y ancianos.
Según los registros históricos, un rey asirio, Senakerib, del siglo VII AC., describió de esta forma el castigo a los pueblos que no pagaban su deuda con el dios imperial Asur:
“Levanté pirámides delante de las puertas de las ciudades que no se sometían a mi poder, mandé desollar vivos a algunos de los jefes de la rebelión y tendí sus pieles sobre esas pirámides. Unos fueron emparedados vivos entre los ladrillos, otros a lo largo de la muralla. Mandé desollar en mi presencia gran número de gentes que los seguía, tapicé murallas con sus pieles cobardes, hice coronas con sus cabezas y guirnaldas con sus cadáveres”.
En la actualidad, los asirios de hoy siguen asesinando, pero de otra forma…
Estafan a los pueblos del Sur con una pesada carga que es la deuda externa, amenazándolos con ser las escorias de un mundo globalizado para una minoría de privilegiados y un puñado de plutócratas del Norte.
Los asirios del FMI y el Banco Mundial, y de los bancos privados del Norte, realizan el genocidio obligando a los pueblos pagar pesados tributos financieros a través de lacayos y siervos sumisos que arrebatan una tajada de la explotación y el saqueo…
El tercer mundo, o los países en vías de desarrollo, como gustan denominar a algunos, han pagado en concepto de deuda externa, en los últimos 30 años mas de 4 billones y medio de dólares, entiéndase más de 4 millones de millones de dólares. Si embargo el mal denominado Tercer mundo hoy sigue debiendo 2.5 millones de millones de dólares, mas de 35 veces la deuda que poseía en los años ochenta.
Y si observamos nuestras tierras, el panorama es sombrío, América Latina posee una deuda externa del orden de los 800 mil millones de dólares. Ha desembolsado en los últimos seis lustros más de 2 millones de millones de dólares. Su deuda ha crecido en ese periodo más de 24 veces. América Latina destina al pago de deuda la escalofriante suma de 160 mil millones de dólares por año. Algo así, como el doble de lo que necesita la humanidad para satisfacer sus necesidades básicas.
Es hora que cortemos con las cadenas y el látigo del negrero, es hora que echemos por tierra el yugo de los nuevos asirios, es hora de despertar. La muerte nos acecha y no es una simple pesadilla, es la más palmaria y material degradación humana que nos propone este decadente verdugo. No es hora de miedos, ni de esquives, es de afrontar nuestro destino, es hora de actuar !!
Grupo Editorial " Al Dorso"
