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Editorial 26 de Abril de 2007

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El peligro de la nueva derechización de Europa

En el último fin de semana la Vieja Europa ha demostrado que está viviendo un nuevo advenimiento de derechistas y xenófobos.

La elección presidencial en Francia, con el eventual triunfo de Nicolas Sarkozy en primera vuelta, frente a la socialdemócrata Segolenne Royal, no resultan buenas nuevas para el panorama político de la Europa orgullosa de su supuesto progresismo histórico.

Con el gradual ascenso de Sarkozy, el delfín derechista de Chirac y quien fuera Ministro del Interior francés, estamos ante la presencia de un eurocentrismo que parece tomar revancha.

La Francia de Chirac y Sarkozy, la Alemania de Angella Merkel, la Polonia de los Kascinsky y los eurodiputados que apelan a ideologías xenófobas y fascistoides dentro de la Unión Europea, no son más que la representación clara de una Europa que no quiere dejar su legado de brutal colonizador de antaño.

Pero no se trata de derechistas trasnochados y vengativos, los que se dicen socialistas o de la “tercera vía”, como el español Rodríguez Zapatero, el británico Tony Blair, o los socialdemócratas en el poder en Italia y Portugal, también son parte de una amenazante tendencia político-ideológica que se cierne nuevamente sobre los pueblos del Sur.

La Europa actual de los derechistas y falsos progresistas representa a la nueva Europa que trata de reconquistar su horroroso pasado de expansión, colonialismo, esclavitud, servidumbre, imperialismo, xenofobia, opresión, soberbia cultural y paternalismo…

Representa el tácito regreso oculto del genocidio sobre los pueblos originarios del Africa Subsahariana, de la América precolombina, de los diversos pueblos asiáticos, de las culturas no clasistas de Oceanía.

El regreso del saqueo sobre los pueblos conquistados y colonizados por la Cruz y el Arma de Fuego.

El regreso de una acumulación de riqueza a través del robo, la estafa, la coerción, que antaño se hacía en nombre de reyes absolutistas y la cristiandad salvadora, y que en la actualidad se realiza en nombre de la globalización, de la democracia y la civilización liberal.

Los inmigrantes del Sur que se dirigen a Europa Occidental para poder sobrevivir sufren estos regresos.

Los del Sur buscan un lugar digno que les fue arrebatado hace más de 500 años…
Como los esclavos africanos de las plantaciones y los indígenas sometidos a la servidumbre, los hijos del Magreb y el África Subsahariana, de la Europa del este, de los Cáucasos y de Latinoamérica son nuevamente ultrajados, esta vez en las mismas tierras europeas.

Los del Sur parecen buscar lo saqueado por la expansión de la Europa cristiana y guerrera…

Parecen querer recuperar aquella riqueza arrebatada por los conquistadores, colonizadores y cruzados del Viejo Continente que se tornó potencia mundial gracias al saqueo y la opresión sobre millones de seres humanos esclavizados en nombre de la civilización y el progreso.

Los marroquíes y mauritanos que se dirigen hacia España y Portugal, los libios y argelinos que intentan vivir dignamente en Francia e Italia, los turcos y armenios que ofrecen su mano de obra barata a Alemania y el resto de Europa central son ahora los nuevos “bárbaros” de la soberbia Unión Europea.

De una Europa que construye muros y murallas policíacas para detener el avance de un Tercer Mundo que solamente reclama dignidad e igualdad de oportunidades en esta globalización neoliberal.

España y Francia, como así también Italia, Holanda, Suiza, Austria y Alemania, no dudan en tratar de poseer leyes anti inmigrantes, que esconden la xenofobia del nuevo
eurocentrismo, y delatan las verdaderas intenciones de ese continente que se jacta de ser la alternativa progresista frente a las posturas unilaterales y belicistas del imperio yanki.

Que los pueblos del Sur no se dejen engañar por esas falacias…

Que no crean que tanto un derechista como Sarkozy, como un laborista como Blair acudirán en ayuda del progreso humano y material de la “periferia” castigada por el sistema…

Que no se dejen engañar por la zanahoria europea, que lleva oculta un garrote tan opresor como el que utiliza el Tío Sam con los pueblos de las Américas…

Europa y el imperio yanki están contra los intereses de los del Sur…

Así lo engendraron ellos a lo largo de la historia y así querrán que persista, ya que de eso se nutren para ser lo que son: un Primer Mundo que se enriquece con la explotación y la opresión sobre los nuevos “bárbaros”, los “bárbaros” de la globalización neoliberal que tanto un derechista como Nicolas Sarkozy o una progresista como Segonnele Royal defenderán para que siga el negocio de los pocos que dominan el status quo actual.


Grupo Editorial " Al Dorso"