- Internacionales
Marruecos, la monarquía musulmana africana de Occidente
Mauricio David Idrimi
El amigo magrebí de sangre azul del Tío Sam
El 4 de septiembre último los gobiernos de Marruecos y el de Estados Unidos han firmado un importantísimo acuerdo de “Cooperación de Desafío del Milenio” por cerca de 700 millones de dólares con el objetivo de estimular el crecimiento económico sostenido y el desarrollo social en el país.
"Esta ayuda demuestra que Marruecos está siendo reconocido por los EEUU por su compromiso con la democracia, y el progreso económico ya que los países receptores deben cumplir ciertos criterios de progreso para poder acceder al programa", comentó el director general del centro de Inversión y Comercio Marruecos - América (MATIC), Jean Abi Nader.
Como siempre muy lindas promesas, muy buenos acuerdos entre dos Estados amigos y muchas expectativas para impulsar la democracia para mundos no occidentales. Y aquí nos encontramos con un tratado de cooperación entre un Estado republicano y un reino. No es el único ni será el último.
Es que no solo en Oriente Medio Occidente tiene amigos musulmanes de sangre azul, con los cuales realizan jugosos negocios petroleros. En el extremo noroccidental del continente africano las potencias occidentales poseen como firme aliado al reino musulmán de Marruecos, encabezado por el soberano Mohamed VI, en el trono de Rabat desde julio de 1999. En ese país magrebí gobierna una supuesta monarquía constitucional, con un rey que viene prometiendo en vano que va instaurar las pretendidas libertades civiles del modelo occidental para el pueblo marroquí.
Como siempre muy lindas promesas, muy buenos acuerdos entre dos Estados amigos y muchas expectativas para impulsar la democracia para mundos no occidentales. Y aquí nos encontramos con un tratado de cooperación entre un Estado republicano y un reino. No es el único ni será el último.
Es que no solo en Oriente Medio Occidente tiene amigos musulmanes de sangre azul, con los cuales realizan jugosos negocios petroleros. En el extremo noroccidental del continente africano las potencias occidentales poseen como firme aliado al reino musulmán de Marruecos, encabezado por el soberano Mohamed VI, en el trono de Rabat desde julio de 1999. En ese país magrebí gobierna una supuesta monarquía constitucional, con un rey que viene prometiendo en vano que va instaurar las pretendidas libertades civiles del modelo occidental para el pueblo marroquí.
Lo que la prensa occidental, y gran parte de la comunidad internacional, tratan de no darle importancia necesaria es al contencioso del Sahara Occidental. Con el apoyo abierto de la Casa Blanca y de las potencias europeas, el reino de Marruecos le niega el derecho a la autodeterminación al pueblo saharaui hace unos treinta años.
En los días 11 y 12 de agosto pasado se realizaron conversaciones entre Marruecos y miembros del denominado Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro (Frente POLISARIO), en Nueva York, bajo patrocinio de las Naciones Unidas, para tratar de llegar a acuerdos por este tema pendiente de la era de la descolonización de los años setenta. Los del Frente POLISARIO buscan que se les reconozca su total independencia de Marruecos, mientras que los representantes del rey Mohamed VI tratan de que la región del Sahara Occidental siga siendo parte de Rabat.
En los días 11 y 12 de agosto pasado se realizaron conversaciones entre Marruecos y miembros del denominado Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro (Frente POLISARIO), en Nueva York, bajo patrocinio de las Naciones Unidas, para tratar de llegar a acuerdos por este tema pendiente de la era de la descolonización de los años setenta. Los del Frente POLISARIO buscan que se les reconozca su total independencia de Marruecos, mientras que los representantes del rey Mohamed VI tratan de que la región del Sahara Occidental siga siendo parte de Rabat.
La lucha del pueblo saharaui
El conflicto que se libra en el Sahara Occidental tiene su origen más remoto en los problemas previos al período colonial. La comunidad de los nómadas saharaui se extiende por diversos territorios, que abarcan desde Marruecos y Argelia hasta Mauritania y Malí, y asume una determinada nacionalidad. Las tribus saharaui que habitaban en la antigua colonia española, lugar central de los itinerarios nómadas, construyeron una percepción de sí mismos que derivaría en un sentimiento nacionalista a mediados del siglo XX, como resultado de las políticas colonialistas españolas y las reclamaciones marroquíes.
La presencia colonial española en el Sahara Occidental se inició en 1884, motivada por sus intereses pesqueros, con el establecimiento de factorías en las franjas costeras, y estratégicos: proteger el flanco de las islas Canarias. La colonización al principio fue muy limitada hasta que en la Conferencia de Berlín de 1884-1885, España decidió no dejar un "espacio vacío" a otra potencia colonial. En 1904, el acuerdo establecido con Francia fijó las fronteras del Sahara español. La población autóctona rechazó este reparto del territorio y combatió la presencia hispano-francesa, con el respaldo del entonces sultán de Marruecos. Pero el apoyo marroquí se fue reduciendo progresivamente, facilitando que las fuerzas francesas conquistaran la ciudad de Smara en 1913.
A pesar de que los saharaui no cedieron en su lucha, Francia consiguió avanzar sobre Argelia, Mauritania y Marruecos y España tomó Smara. Años más tarde, tribus saharaui se unieron a la División Sur del Ejército de Liberación Nacional (ALN) de Marruecos en su lucha anticolonial. Pero la disolución del ALN tras la independencia de Marruecos en 1956 dejó solos a los saharauis, que se vieron obligados a replegarse en 1958. Durante este período, pese a los esfuerzos de la administración colonial española por mantener divididas a las diversas tribus, se fue conformando una identidad nacional, que desembocaría en la creación del Frente de Liberación del Sáhara en 1968, precursor del nacionalismo saharaui y antecedente del Frente Popular para la Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro establecido en 1973 y de crecientes ideas tercermundistas y antiimperialistas. Los militantes del Frente POLISARIO recibirían apoyo de la URSS, de China, de Cuba y del bloque del Movimiento de Países No Alineados a partir de entonces. El reino marroquí se apoyaba en la Casa Blanca y su firme postura anticomunista en los tiempos de la guerra fría.
Como los movimientos de liberación en otras partes de África, especialmente los de las antiguas colonias portuguesas, el Frente POLISARIO tuvo que involucrarse no sólo con la lucha armada, sino también con la distribución, asistencia médica, la construcción de escuelas y hospitales, cursos de alfabetización y, en general, preparar el trabajo de campo para la futura sociedad liberada. El reconocimiento de que el Frente POLISARIO representa de hecho al pueblo saharaui ha llevado a una mayoría de los Estados africanos a reconocerlo como tal. Pero los saharauis han dado un paso aún mayor. El 27 de Febrero de 1976, el día que el último soldado español dejó el territorio, el Frente POLISARIO proclamó en Bir-Lelú la creación de la República Árabe Saharaui Democrática. Desde entonces la República ha sido reconocida por numerosos Estados, tanto africanos como otros.
El por entonces rey marroquí Hassan II ordenó a sus fuerzas armadas a ocupar el Sahara Occidental y destruir toda reivindicación independentista por parte de los saharaui. Durante dos décadas las fuerzas del ejército marroquí y las del Frente POLISARIO mantuvieron sus enfrentamientos armados. El intento de encontrar un arreglo con la mediación de la ONU llevó al alto el fuego en septiembre de 1991 como el primer paso para la celebración de un referéndum sobre la autodeterminación del territorio. Sin embargo, los impedimentos puestos por parte del reino de Marruecos han imposibilitado que hasta hoy aún no se haya realizado.
Marruecos colonialista con ayuda de la Casa Blanca
Marruecos colonialista con ayuda de la Casa Blanca
Sahara Occidental es una región que tiene una extensión de 266 000 km2, con una población de 500 000 habitantes aproximadamente. La ciudad principal y capital es al Aiun y más del 80 por ciento de la población está alfabetizada gracias a la labor social de los militantes del Frente POLISARIO. La firme posición colonialista del reino marroquí que impide la soberanía nacional del pueblo saharaui se debe a la riqueza en fosfatos que posee ese territorio semidesértico y a que sus costas cuentan con una de las principales reservas pesqueras del planeta.
Marruecos siempre ha recibido apoyo de Estados Unidos y de España en esta situación. Inclusive Marruecos deja de lado siempre los reclamos sobre la soberanía de Rabat sobre los enclaves hispánicos de Ceuta y Melilla, prefiriendo retener el control colonial y militar sobre el Sahara Occidental con el visto bueno del reino católico de España. Estados Unidos en los años setenta se puso del lado del reino marroquí argumentando que los luchadores del Frente POLISARIO eran unos agentes del comunismo soviético y de los intereses cubanos en las ex colonias africanas volcadas al socialismo. Con el final de la guerra fría, la Casa Blanca continuó con el apoyo a Rabat a cambio de que el reino marroquí apoye la campaña mundial “antiterrorista” del Pentágono, presione al gobierno de Libia a abrirse a los mercados occidentales, y que acepte los planes geoestratégicos de Washington sobre el continente africano.
En este último punto, Marruecos tambalea y debe buscar un equilibrio entre su alianza con Estados Unidos y sus propio rol como país africano supuestamente soberano. En estos días la Casa Blanca ha anunciado la creación del Comando África de Estados Unidos (AFRICOM) con el fin de: reforzar la asociación en materia de seguridad con los países del continente; incrementar las habilidades en las tácticas anti-terroristas en los países receptores; apoyar las estructuras de seguridad de las organizaciones subregionales; y, “si fuese necesario”, conducir las operaciones militares en el continente.
Washington busca que un país de África sea sede central del AFRICOM, pero hasta ahora los candidatos preseleccionados, Bostwana y Argelia, rechazaron la propuesta estadounidense. Marruecos se ofreció como sede central, pero su afinidad con el AFRICOM choca con los reclamos de Libia y Argelia, que no aceptan la presencia de bases militares foráneas cerca de sus fronteras, y mucho menos de Estados Unidos. Marruecos, no obstante, seguirá presionado por Estados Unidos para este plan, y a cambio el reino de Mohamed VI seguirá recibiendo el apoyo norteamericano sobre el contencioso del Sahara Occidental. Mientras tanto, el pueblo saharaui continúa defendiendo su soberanía nacional frente a Marruecos y la complicidad neocolonial de Occidente.
En este último punto, Marruecos tambalea y debe buscar un equilibrio entre su alianza con Estados Unidos y sus propio rol como país africano supuestamente soberano. En estos días la Casa Blanca ha anunciado la creación del Comando África de Estados Unidos (AFRICOM) con el fin de: reforzar la asociación en materia de seguridad con los países del continente; incrementar las habilidades en las tácticas anti-terroristas en los países receptores; apoyar las estructuras de seguridad de las organizaciones subregionales; y, “si fuese necesario”, conducir las operaciones militares en el continente.