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Programa 4 de Octubre de 2007

  • Editoriales


Hipócritas de la tiranía occidental


En estos días las masivas protestas contra el régimen militar de Myanmar se convirtieron en la “preocupación” primordial de los líderes de las potencias occidentales.

Precisamente los señores de la guerra de Estados Unidos y Francia se presentaron como los denunciantes del gobierno de los militares birmanos, acusándolos de violadores de los derechos humanos y las libertades democráticas.

Cacarearon sobre nuevas sanciones unilaterales contra Myanmar y llamaron a la comunidad internacional a presionar a los militares de ese país a que llamaran a elecciones y lleven a cabo reformas democráticas inmediatamente.

Cuánta hipocresía de estos presidentes arrogantes y conservadores. Cuánta falsa moralidad de jefes de estados que no dudan en iniciar una guerra nuclear sobre países que certifican como “villanos de la humanidad”.

Se llenan la boca de discursos agresivos contra Myanmar, Cuba, Corea del Norte, Irán, Siria, Belarús y los luchadores del Jamas, el Jizbollaj, las FARC, la ETA, el EZLN y todo movimiento social antiimperialista y anticolonial. Amenazan con sus arsenales de la muerte, convencionales y atómicos, “inteligentes” y asesinos, a pueblos que sufren la tiranía de la globalización neoliberal del capital.

No combaten a la pobreza en el mundo, sino a los pobres. Esa es su lógica. Se torna surrealista ya escuchar a estos inadaptados del poder occidental.

¿Por qué Bush no denuncia a sus amigos de sangre azul de Arabia Saudita y de las petromonarquías del Golfo Pérsico? ¿Por qué ignora a las dictaduras amigas de Pakistán, Uzbekistán, Kazajstán, Guinea Ecuatorial, Tailandia? ¿Sarkozy por qué no dice nada sobre las atrocidades que cometieron los soldados galos en Costa de Marfil? ¿Acaso ahora el régimen de Libia no es más un “estado canalla” para Francia? ¿Los negocios petroleros cambian el status a los países antes considerados “antidemocráticos”?

Ahora se ponen en pie de guerra contra la Junta Militar de Myanmar y apoyan a la “rebelión de los monjes”, ahora se acuerdan de que allí existía un régimen dictatorial. Y a todo esto, las multinacionales occidentales, ¡si de Occidente!, poco les importa la situación.

Exxon Mobil y la Texaco explotan el petróleo de Myanmar, así como la franco belga Total Fina Elf, a pesar de las supuestas sanciones económicas contra los militares birmanos.

A Bush y Sarkozy les preocupa que esas multinacionales se sientan desplazadas por la presencia económica y comercial de China en Myanmar.

No les interesa las protestas sociales, no les interesa las características del régimen militar birmano, sino sacar a Pekín de esa parte del continente asiático, que en tiempos de guerra fría vivió la genocida guerra norteamericana sobre los pueblos de Viet Nam, Laos y Camboya.

El peligro viene de estos hipócritas del poder occidental. El mundo debe saber que ellos representan una dictadura. Y como señaló el canciller cubano Felipe Pérez Roque ante la Asamblea General de Naciones Unidas la semana pasada:
Las guerras de conquista y la proclamación y aplicación de doctrinas basadas en la guerra preventiva, que no excluyen el uso de armas nucleares incluso contra Estados que no las poseen, y el uso reiterado de pretextos tales como el supuesto combate al terrorismo, la pretendida promoción de la democracia o el llamado cambio de régimen en países unilateralmente calificados como estados villanos, constituyen hoy la mayor y más grave amenaza a la paz y la seguridad en el mundo.

Grupo Editorial "Al Dorso"