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Programa 1º de noviembre de 2007


  • Informe Elecciones 2007


L
a recepción ya está preparada. Adentro, la ceremonia comenzará a dar sus primeros destellos de sumisión. Los espectadores se rendirán al delirante circo. Van caminando a la nada, pero van.

El cielo conglomera colores opacos; quizás violeta, tal vez, sólo negro. De tanto en tanto un refucilo estrepitoso augura la tormenta. Todos, absolutamente todos, lo perciben, pero abstraídos se reclutan en la zurcida carpa oxidada.

Acto primero: Donde se cuenta de cómo ciertos clowns desgarran la tiesura inocente de lánguidos espectadores




La deuda externa ha sido, y sigue siendo, un formidable mecanismo de acumulación y concentración de capitales. Un excelente organizador económico del actual modo de producción.

La Argentina deberá pagar unos 82.000 millones de dólares – 246.000 millones de pesos – en concepto de su deuda pública en los próximos 5 años. Es decir, la mitad de la deuda externa, o para ser más claros, el equivalente a 22 veces lo que destina el gobierno a educación por año, o 42 veces lo que destina a salud.

El tributo imperial se cobra por año unos 14.000 millones de dólares - 42.000 millones de pesos – cifra que equivale a desterrar la pobreza del país.




Una vez dentro, el público teñido de una insolación barata y decrépita, toma asiento. Observa, en el escenario, un conjunto de payasos estridentes que apresuran sus arrebatados trucos para llevarse una aprobación. Estas insólitas y decadentes marionetas de un sistema corrompido y destructivo, acumulan miserables estrategias para llevarse consigo el aplauso final.


Acto Segundo: Que narra de los terribles y lúdicos métodos de los que se vale el viento de arriba



Pese al discurso imperante, los organismos multilaterales de crédito siguen condicionando nuestras economías. La Argentina como miembro integrante del FMI debe someter su economía a una auditoria anual según los dispone el artículo 4 del estatuto constitutivo. El pago efectuado a dicha institución en enero de 2006 por más de 10.000 millones de dólares, no nos ha liberado de su influencia directa.

El gobierno sigue desembolsando a Organismos como el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo a niveles sólo antes alcanzados por la malograda época de los noventa. La actual gestión administrativa ha efectuado egresos - en concepto de capital e intereses - por más de 23.000 millones de dólares.



Algunos malabaristas arrugados y morfológicamente entumecidos, esconden sus razones y sus pasados y sus silencios. Esconden sus bolsillos y sus siniestras mascaras. El público ya pagó con creces y seguirá pagando. La recepción, señoras y señores, nuevamente ha comenzado y ya está preparada.

Acto Tercero: que trata de cómo se forman barrotes y cadenas de oro



Luego de la mentada reestructuración de 2005, el Estado argentino debe 180.000 millones de dólares en concepto de su deuda pública, unos 40.000 millones de dólares más que la deuda alcanzada en el 2001, antes de la crisis.

En los últimos treinta años la nación ha desembolsado 26 veces su deuda originaria, sin embargo, la misma ha crecido más 22 veces.

A pesar del discurso oficial de tecnócratas megalómanos, la Argentina sigue teniendo un serio problema con la deuda, destina partidas presupuestarias y superávit fiscal para hacer frente a sus abultados vencimientos, pese a ello nada eso sirve, y recurre una vez más a nuevos créditos para afrontar pagos de una deuda ilegítima, ilícita, fraudulenta y usurera.



Acto Final: Donde se cuenta, de cómo el viento de arriba orquesta su plan, lo consagra y lo ejecuta


La carpa de un circo moribundo, cierra dentro de sí, una presión dominante y absurda. El público se configura, de un modo ignoto, en un cuerpo atolondrado de sujetos que van sin ir y sin llegar.

Las papeletas depositadas aprueban y el escenario repleto de infames actores festeja. El circo se desmantela, la tormenta se conforma arbitraria, los vientos golpean las paredes de lona y el gris de la miseria inunda los costados relegados.

Este no ha de ser el momento –aún- de tomar lo que nos pertenece, sólo porque siguen demostrándonos que somos su público.